Cuando Enrique Díaz se convirtió en el primer pelotero cubano con 700 bases robadas

Por Daniel de Malas / danieldemalas@swingcompleto.com

Cuando me paseaba por las estadísticas de la Serie Nacional 2008-2009 y vi que nueve de los 16 equipos tenían menos de la mitad de bases robadas que juegos jugados me sorprendió, pensando en la confianza que demandan la ofensiva de esos conjuntos o de lo olvidado que estaba el arte de estafar almohadillas.

Robar bases es una habilidad única (excelentes corredores no son necesariamente sinónimo de buenos robadores) y hay un grande de este arte que brilla por encima del resto, por propio derecho, porque nos ha deleitado robando en una liga donde los catchers alardean de ser muy estrictos dejando avanzar corredores.

Enrique Esteban Díaz Martínez, “Enriquito”, dominó la velocidad en las bases por más de dos décadas en las Series Nacionales, a pesar de coincidir en este lapso con soberbios receptores como Alberto Martínez, Pedro Medina, Juan Manrique, Roger Machado, Osvado Arias, Eriel Sánchez y los extraclases Ariel Pestano y Juan Castro.

En diciembre del 2008 Enriquito robó su cojín número 700 (ya hace tiempo que era el pelotero latinoamericano dueño de esta marca) redondeando de esta manera una hazaña que muestra la consistencia del “Eterno Gladiador”, como le bautizará la emisora COCO.

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Enrique Díaz es quien tiene la supremacía en estafas para una serie, con 55 en la de 1993 y es el único en la historia que ha pasado la cifra de 50 robos en más de un campeonato, las mencionadas del 93 y 53 veces al siguiente año.

Ningún pelotero en Cuba ganó más títulos de una misma categoría que Enriquito, pues la “Bala de Centro Habana” llevó el premio al mayor estafador en 11 oportunidades.

El estelar intermedista también es dueño del record de más anotadas en una temporada con 100 en el 2003.

Realmente a la defensa el “Kiki” Díaz ha estado por debajo de la media casi durante toda su carrera y a veces su guante parece tener más huecos que un queso suizo, sin embargo, su consistencia le llevó a realizar más de 1500 dobleplays en su vida deportiva.

Sin dudas Enrique fue fiel ejemplo de la velocidad en el diamante y otro punto importante en su currículo es el liderato en triples en 1990, 1996 y 1997.

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