Por Jesús Pérez Vichot (Chuchi)
Mucho se ha comentado sobre las apuestas que el legendario Pete Rose realizó en su etapa como manager, esto es criticable, pero no puede opacar la carrera que tuvo el jugador que más imparables ha conectado en la historia de las Grandes Ligas.
Sí, porque como mismo hay que señalar lo mal hecho, también lo positivo debe reconocerse. Rose no fue un simple jugador de béisbol, fue mucho más, practicaba este deporte como ningún otro, con un amor, una entrega y una explosividad indescriptible. Era el prototipo del pelotero ideal que le gustaría tener a cualquier manager.
De hecho, «Charlie Hustle» es el único jugador en la historia de Las Mayores que ha jugado más de 500 partidos en cinco posiciones diferentes (1B-939, 2B-628, 3B-634, LF-671, RF-595). Su versatilidad y liderazgo era impresionante.
Te puede interesar: ALGUNOS DATOS QUE DEBE CONOCER SOBRE EL OPENING DAY
Además de ser el Rey del Hit en MLB (4256), también lidera los encuentros jugados (3562), comparecencias al Home Plate (15890) y veces al bate (14053). Acumuló en los 24 años que jugó en Las Mayores 746 dobles, 135 triples, 160 jonrones, 1314 carreras impulsadas 198 bases robadas, 5752 total de bases, 79.6 de WAR y promedios de .303/.375/.409/.784.
Rose fue Novato del Año de la Liga Nacional en 1963 (con los Reds), 17 veces All Star, MVP en 1973 y MVP de la Serie Mundial de 1975. También ganó do Guantes de Oro, un Bate de Plata, tres anillos de Series Mundiales y tres títulos de bateo.
El bateador ambidiestro lideró su liga en hits en siete oportunidades, cinco veces en dobles, cuatro en carreras anotadas y dos en OBP. Todo lo que aportó Rose al béisbol no puede pasar inadvertido. No es un inmortal de Cooperstown, pero lo invitan al recinto histórico para que firme autógrafos y los fanáticos puedan llevarse su souvenir. Puede lucir contradictorio, pero, así las cosas, este deporte no está exento de la injusticia.
